Número 7 - Diciembre 1998 |
Claudia es Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile, ha viajado mucho, vivió en Francia entre 1986 y 1989. Ha expuesto en distintos lugares, como París o Chile, la última vez fue en el Museo de Arte Contemporáneo. Nació en 1964, en Santiago.
Actualmente se dedica íntegramente a la pintura, sin meter mucha
bulla, sin embargo su pintura es fuerte y clara. Si quieres comprender
que es lo que pasa por la cabeza de un pintor 100% pintor, no dejes de
leer lo que viene a continuación.
¿Cómo podrías explicar tu pintura a la gente que no la conoce personalmente, que solo la ve a través de Internet? Mi ideal sería que se explicará por si sola, no tener que decir ni una sola palabra al respecto. La primera impresión puede ser el color, la mancha. Alguien le va a encontrar un sentido o bien, una imagen. Toda la gente la interpreta de distinta manera, incluso ponerle título es llevar a la persona a una idea, podría ser más amplio. Mi pintura tiene una figuración, pero bien abierta, a veces dos o tres cosas a la vez, incluso puede ser al revés o al derecho, porque la pinto para que se vea de todos lados, la dejo definitivamente en un lugar, pero si la miras al revés funciona igual. Una manera didáctica de explicarlo es que la gente siempre quiere entender las pinturas, pero no, hay que sentirlas, conmoverse, uno no entiende todos los sentimientos que tiene, esa es la gracia del arte también. Y eso es lo malo del arte conceptual. La pintura tiene una lectura en sí misma. El pintor tiene un método, inventa su cuento... y de pronto consigue llegar a algo más universal... Claro y lo rico es que luego comencemos a desglosar, recién ahí tratar de comprender, como si fuéramos psicoanalistas, je, je... Bueno, hay algo en las instalaciones que me gusta, por ejemplo si en una pieza verde cuelgas ajíes rojos, puede ser conceptual, pero además aciertas, creas un ambiente un espacio, hay un elemento plástico ahí, pero no cuando ponen un libro al lado para explicar la obra. Háblame de los pintores que te influyen, que te gustan... Juan Francisco González, Omar Gatica. Del extranjero: De Kooning, Basquiat, Baselitz, los Fauvistas; del grupo Cobra, Karel Appel y Corneeille. De Basquiat me gusta la rapidez, la inocencia que tiene, artista dotado, con talento, no estudioso, no literario, Basquiat es simple, es casi como el dibujo de un niño, hecho por un grande; drogadicto y con toda su vida a cuestas, pero que, sin saber nada acierta del todo. Hay otros que no tienen talento, pero el esfuerzo y el trabajo los llevan a lo mismo. Hay un cuadro de Asger Jorn, que se llama el Buen Salvaje, ese cuadro me gusta mucho. ¿Y tu proceso creativo? Yo empiezo con el sentimiento y después surgen las ideas, bueno, generalmente me enojo con la pintura, me agarro a cabezazos, la borro, la vuelvo a pintar y la vuelvo a pintar, pero es puro sentimiento, de a poco voy desarrollando ideas y se va haciendo más coherente. Es como componer música. Se va transformando en algo más puntual... Claro, más coherente, porque es imposible pintar si no te vas encaminando hacia algo coherente, estás ocupando un lenguaje que tiene sus reglas preestablecidas, no estás inventando nada nuevo. ¿Y en cuanto al color? Inevitablemente vuelvo a mis colores, aunque trate de cambiarlos, los primarios, la mezcla de los primarios... Tu discurso entonces sería la pintura pura, la pintura por sí misma... Ah, la pintura por la pintura, sí, sí, lo que pasa es que si dices eso quedas fuera. ¿Está pasada de moda? Claro, pero realmente es eso. Cuando me preguntan que tipo de pintura hago, yo digo que es clásica. Yo le digo expresionista... Pero el expresionismo viene a ser algo clásico, ya a estás alturas. Lo que pasa es que a la gente le gusta que uno defina la cosa, expresionista, abstracto, figurativo... Es expresionista en cuanto a la manera, a la forma o la desesperación, pero es clásica como el claroscuro, pasaje - pantalla, te va resultando así, de hecho uno tiene una formación académica que algo pesa en lo que se hace. Yo pienso que tu pintura es intelectual. Intelectual, pero no conceptualizada. No escribir un libro acerca de lo que pintaste... No. Ni buscarle la quinta pata al gato. ¿Es intelectual porque cuando pintas piensas mucho lo que haces? Sí, sufro. Harto. Porque cada vez que empiezo creo que no lo lograré, que está pésimo, que soy muy mala, pero durante las últimas 10 horas de trabajo, cuando ya me habló la pintura, y me dijo: Ya ponme un rosado por aquí, un amarillo por acá, cuando me logra decir algo, cuando le puedo encontrar la veta, como en una mina, cuando por fin encuentras la veta del oro, ahí son los "5 minutos" de felicidad. Todo el resto son sufrimientos, cuestionamientos y desmoralizarse. Entonces tú te demoras mucho en pintar un cuadro... Sí, y uno a la vez, siempre, he tratado de pintar en serie, pero no me resulta, no puedo entregarles toda la atención. Cuando pinto me tengo que concentrar mucho, tengo que estar en un estado de desconexión con lo que sucede a mi alrededor, no todos los días logro meterme cien por ciento, lo peor es cuando hay que salir, saber que tengo que salir a la calle. Es lo peor. Lo mejor es saber que tienes cinco días para estar dedicado a ese cuadro, es ahora o nunca y ese ahora o nunca a veces no llega. Como cuando tienes que terminar un cuadro para el otro día, nunca quedan buenos... Nunca, nunca... o con tema, también es nefasto. Hay gente que puede. ¿Qué piensas de ser mujer pintora? Creo que da lo mismo. ¿Históricamente? Históricamente, ahora es el momento. Bueno, se ha avanzado, no estás en igualdad de condiciones con los hombres aún. La mujer empieza a tener familia, ya nadie te considera tan profesional, hay un pensamiento generalizado de que una mujer con hijos no se dedica 100% a su pintura, como los demás. ¿O no? Hay un prejuicio. Y no tienes tiempo para promoverte, eso es lo que no me gusta, hay que hacer vida social para darte a conocer, eso es algo que quisiera decir, no compran tu pintura como obra, si no que te compran a ti como pintor, si tú caes bien, te compran más que si no te conocen. En Chile tienes que mostrar tu casa, como vives, etc., para vender un cuadro, como que te quieren exprimir hasta la última gota. Se quieren adueñar de ti... Claro, y cuando uno pinta algo ya lo deja, no me importa donde esté, ya no es mío, no me pertenece. Bueno, ¿y vale la pena ser pintor? Mmm, uno ya es no más. Ya seguiste el camino. Yo creo que sí vale la pena, hay días que vale la pena. Ya tengo 35 años, ya no es un hobbie. ¿Cuántos años llevas pintando? 18 años. Un buen recorrido... Aprendiendo, los primeros diez años, aunque uno sigue siempre aprendiendo, pero siempre falta y menos mal que falta, porque si no sería una lata. Eso es lo malo de hacerse famoso, te da miedo seguir experimentando, quita libertad. Te da libertad económica, pero quita libertad creativa, eso es bien peligroso. Es una dualidad... Sí. E - mail: sergioguzman@mixmail.com
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