PROTECCIÓN
SOLAR
El verano ya está aquí.
Es tiempo de mirar el mapa para planificar las vacaciones. Visitas a tiendas
de ropa de baño, bolsos, etc... es necesario prepararse ¿recordamos
tomar precauciones para proteger nuestra piel del sol?
Nuestro planeta recibe día a
día radiaciones procedentes del sol. El espectro de radiación
solar se encuentra dividido en sectores, en función de la longitud
de onda
de las radiaciones, pero el oxígeno y el ozono de nuestra atmósfera
realizan una labor de filtración que impide el paso de los rayos
cósmicos, gamma y X y las longitudes más cortas de los ultravioletas
(UVC). Así, hasta nosotros llega: 49,5% de radiación IR,
44,3% de radiación visible, 6,2% de radiación ultravioleta;
5,9% de UVA largos y cortos, 0,3% de UVB.
La piel se defiende con mecanismos
fisiológicos complejos pero se hace necesaria la fotoprotección
externa. Algunos de estos mecanismos son:
-
Melanogénesis. Proceso de fabricación
y distribución de las melaninas que dan el color a la piel y el
cabello, siendo regulado por la radiación UV, estímulos hormonales
y factores hereditarios.
-
Otra forma es el engrosamiento de la piel
(estrato córneo). Constituye una respuesta retardada del tejido
cutáneo a la agresión solar equivalente a un coeficiente
de protección 2 ó 3. Esta acción protectora se refuerza
con los lípidos de superficie de la piel.
Efectos biológicos
del sol sobre la piel
Los efectos de las radiaciones solares
en la piel son:
-
Radiación UVA que es responsable
de la pigmentación inmediata y es responsable de alteraciones del
DNA, fotoenvejecimiento, potenciación de los efectos nocivos de
UVB, reacciones de fototoxia y fotoalergia, etc.
-
Radiación UVB a dosis moderada
presenta actividad antirraquítica estimulando la formación
de vitamina D; origina engrosamiento de la piel, disminución de
la capacidad del sistema inmunológico y cáncer de piel.
-
Radiación IR: origina enrojecimiento
de la piel, elevación de la temperatura con resecamiento por pérdida
de humedad; contribuye a acelerar los efectos negativos de la radiación
UV.
Algunos de los efectos inmediatos son:
-
Acción calórica. La radiación
IR penetra hasta la hipodermis, transformando su energía en calor.
Produce una vasodilatación de la dermis que se manifiesta en una
mayor temperatura cutánea con sensación de calor. La piel,
mediante un mecanismo reflejo, provoca la sudoración. Cuando estos
mecanismos termorreguladores se saturan, se producen los fenómenos
de insolación.
-
Pigmentación inmediata. El bronceado
inmediato comienza con la débil energía de la radiación
UVA y la luz visible, que oxidan la melanina provocando el color.
También pueden ocurrir alteraciones
de la pigmentación de la piel, que son afecciones cutáneas
caracterizadas por una modificación del color normal de la piel
debido a un trastorno de la pigmentación: disminución o pérdida
de pigmento, pecas (Son muy frecuentes en sujetos pelirrojos y aparecen
o se acentúan con la exposición solar), lunares: más
oscuros que las pecas, aparecen en cualquier zona cutánea. Pueden
ser malignos. manchas oscuras con bordes poco definidos y localizados en
zonas expuestas al sol.
La necesaria
protección solar
Por todo lo expuesto, una de las formas
de prevenir los efectos perjudiciales del sol es la correcta utilización
de protectores solares o fotoprotectores, que contienen filtros que protegen
de las radiaciones nocivas del sol.
Factor de
protección solar (FPS)
Este valor nos orienta acerca del múltiplo
de tiempo que podemos tomar el sol sin peligro, en comparación con
el tiempo de exposición sin filtro protector. Por ejemplo, a una
persona capaz de permanecer el primer día de exposición 15
minutos sin riesgo de quemaduras, un factor de protección solar
8 le protegerá del sol sin riesgo durante 120 minutos (8 x 15).
los fotoprotectores se clasifican como:
-
Protección mínima: están
incluidos los índices 2 a 4.
-
Protección moderada: índices
4-6.
-
Protección extra: índices
6-8.
-
Protección máxima: índices
8-15.
-
Protección ultra: con índices
superiores a 15.
Filtros solares
Son sustancias capaces de reflejar
o absorber una parte del espectro de la radiación solar. Los filtros
solares se pueden dividir en:
-
Filtros físicos: son sustancias
que reflejan la luz UV e IR
-
Filtros químicos: son sustancias
químicas que absorben la luz UV actuando modificándose e
impidiendo que las radiaciones afecten a las estructuras de la piel.
-
Filtros físicos reflectantes. Son
sustancias minerales que se utilizan en forma de suspensión y son
opacas a la luz. Tienen capacidad de reflejar las radiaciones (UVB, UVA,
visible). Poseen el efecto de blanquear la piel, ya que reflejan la luz
visible.
-
Filtros químicos. Sustancias capaces
de absorber longitudes de onda del espectro UV (UVB o UVA), transformando
la energía incidente en energía no dañina.
En cuanto a la clasificación
de los protectores solares con resistencia al agua tenemos los:
-
Water-resistant: resisten una inmersión
de 40 minutos, o dos de 20 minutos.
-
Water-proof: producto que permanece
sobre la piel tras un baño de 80 minutos o cuatro de 20 minutos.
Un producto que cumpla uno de estos requisitos
se puede considerar también resistente a la transpiración.
Activadores
del bronceado
Son sustancias que estimulan la síntesis
de melanina, por lo que presentan efecto protector sobre la piel. Podemos
distinguir:
-
Sustancias activadoras de la melanina:
entre este tipo de sustancias se encuentra la tirosina, aminoácido
que participa en la formación de melanina, activando el proceso
de bronceado.
-
Sustancias estimuladoras de la formación
de melanina y su migración a la superficie: son representativos
de este grupo los psoralenos, componentes naturales de las esencias de
cítricos. Absorben la radiación UVB y UVA, y estimulan la
síntesis de melanina y su migración a la superficie.
Algunas observaciones:
Es prudente tener cuidado con algunos
elementos que pueden incidir negativamente en los efectos de la exposición
al sol:
-
Factores ambientales como: niebla, nubes,
contaminación... El 90% de la radiación UV es capaz de atravesar
las nubes, persistiendo así el riesgo de las quemaduras.
-
Reflexión: la nieve, el agua y
la arena reflejan la radiación incidente, por lo que se suman sus
efectos a los de la radiación directa a la piel.
-
Los niños tienen una piel fina
y sensible, ya que su capa córnea es más delgada, siendo
más fácilmente agredida por agentes externos. Por sus hábitos
de juego pueden recibir dosis mayores de radiación que un adulto
y, por tanto, con más peligro de insolación y deshidratación.
Por ello se recomienda una alta protección en estos casos.
-
Ancianos: tienen la piel traumatizada
y el sistema inmunológico debilitado por el paso de los años,
por lo que es recomendable la protección de las radiaciones solares.
-
Embarazo: se recomiendan productos de
alta protección, ya que existe más riesgo de que aparezcan
manchas.
-
Enfermedades: algunas enfermedades suponen
un riesgo de efectos adversos ante la exposición al sol (vitíligo,
porfiria, lupus eritematoso, herpes, albinismo, ciertos acnés, cicatrices...).
Como conclusión, el fotoprotector
ideal debe reunir las siguientes características:
-
Buena penetración y fijación
en las capas epidérmicas, asegurando una protección prolongada.
-
Resistente al agua y a la transpiración.
-
Estable a la luz, aire, humedad y calor.
-
Ausencia de toxicidad
-
Buena tolerancia por la piel, inocuidad.
-
Buena absorción de radiaciones
nocivas.
Algunos Consejos:
Antes de la exposición solar:
-
La piel debe estar correctamente hidratada
y limpia.
-
Evitar el uso de productos que contengan
alcohol (perfumes, colonias, desodorantes) que pueden producir manchas
oscuras en la piel.
-
Elegir el fotoprotector más adecuado
según la piel y el tipo de exposición al sol, teniendo en
cuenta las condiciones ambientales.
-
Aplicar el producto solar 30 minutos antes
de la exposición solar sobre la piel bien seca.
-
Evitar tomar el sol, o aumentar la protección:
entre las 12 de la mañana y las 3 de la tarde.
-
Recordar que el agua, la nieve y la arena
reflejan los rayos solares, aumentando los efectos sobre la piel.
-
Sentarse a la sombra no garantiza la protección
para evitar una quemadura solar.
-
Utilizar el fotoprotector incluso en días
nublados.
-
Para broncearse, se recomiendan exposiciones
cortas al sol (15 minutos) al inicio de la temporada, que irán aumentando
gradualmente, siempre acompañadas de aplicaciones de protectores
solares.
-
Es aconsejable comenzar por un FPS alto
durante la primera semana de exposición, para luego pasar a un producto
de índice menos elevado.
-
El espesor de la película aplicada
a la piel influye en la eficacia del fotoprotector.
-
Se deben extremar las precauciones en
las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, calva,
escote, orejas y empeines.
-
La protección de los ojos con gafas
de sol adecuadas, de los labios con lápices o barras fotoprotectoras
y del cabello con sombreros o con productos específicos.
-
Para compensar la pérdida de líquido
por la exposición solar, es conveniente ingerir abundante líquido.
-
La aplicación del producto solar
debe repetirse cada 2 ó 3 horas, y siempre después del baño
o excesiva sudoración.
-
Después de la exposición
solar:
-
Es importante hidratar la piel, después
de una ducha de agua tibia, para recuperar la pérdida de agua y
prolongar el bronceado.
Si deseas
que MR. BROWING escriba sobre algún tema de tu interés, o
quieres hacerle llegar tus comentarios o preguntas, escribe a browing@atico.cl y él gustosamente te responderá.
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