Número 2 - Junio 1998
COLUMNA DEL NAVEGANTE

VOLVER

Esto se lo voy a dedicar a quienes como yo, dejando una buena parte de nuestras vidas, un buen día decidimos irnos de Chile.

Y dejamos atrás tanta cosa. Nuestra niñez, nuestra juventud, nuestros amigos, nuestros compañeros de estudio. Dejamos nuestros vecinos, nuestras comidas, familia, polola, pinche, gato, perro, recuerdos, costumbres, la esquina, la Plaza, el Partido, la cancha, las deudas, las broncas. Todo. Nos llenamos de esperanza. Dejamos todo y partimos.

A ver. ¿Echemos una miradita al pasado? ¿Se acuerdan como veníamos? Si no nos cabía un alfiler de tanta emoción. "Voy, me quedo 2 años, trabajo como perro, y vuelvo con plata para instalarme en algún negocio". Y pasaron los años. Y nos fuimos dando cuenta que la plata no estaba arriba de los árboles. De hecho, en 2 años, como que no nos hicimos ricos como pensábamos. 

Pero si empezamos a acoplarnos a una nueva forma de vida. ¿O no? Que el carro, que la alfombra, el aire acondicionado, "y si quiero todos los fines de semana me compro ropa"; y comer afuera y 50 pa' esto y 50 pa' esto otro; "no compadre, yo invito". En fin. Lo que se tenía programado ahorrar, fácilmente y casi sin notarlo, lo comenzamos a derrochar... "total...el viernes me pagan de nuevo".

Y así, de una forma u otra, nos fuimos olvidando de aquella palabra tan llena de todo que es VOLVER. Y ni hablar si se toca el tema, porque como por obra de magia nos sale un desabrido "yo pienso volver en unos 5 años más". 

Falso.

Es tanto lo que se nos va alejando la idea, que ya lo vemos como algo iluso, luego sin quererlo, se transforma en una utopía y por ultimo, le empezamos a buscar la quinta pata al gato y afloran como por encanto uno y mil rechazos, "noooo ya no podría vivir allá, que voy a hacer allá?, los cabros están grandes, no se van a querer ir, tal vez cuando se casen, ahí quizás".

Y al mismo tiempo nos ponemos a recordar con cierta ironía, las cosas que nos acompañaron a crecer... "Chis...vai a un baño público y el papel te lo venden", "roban en todos lados, asaltan a toda hora", etc., etc. Y sobran los motivos. Y la idea se aleja más y más. 

El medio nos va consumiendo y ya nos olvidamos hasta de ahorrar. "Si entra, entra; total, están las tarjetas. un restito en el Banco, vendo el negocio y me salvo. O por último vendo la casa ".

Mentiras.

Porque poco a poco vamos dejando que esta máquina sin sabor a nada nos consuma, nos absorba, y nos convierta en otro perno mas para su mejor función. Porque eso es lo que somos.

Un perno.

Y acá, sea lo que sea que hagamos, y tengamos lo que tengamos, seremos siempre un perno. ¿Ok? Porque esto no es de nosotros. Porque eternamente seremos extranjeros. 

Inmigrantes.

Y más vale ser tachuela en tu casa, que perno en casa ajena. Por eso quiero hablar de este tema. Para crear conciencia en la gente que, como yo, aún piensa en VOLVER. Y aunque me den mil explicaciones diferentes, para mi sólo corre, entre otras cosas, el factor que acá estamos, pero NO somos de acá. 

Y de allá, de nuestra tierra, de allá si que somos. ¿O no?

Si es por plata o bienestar económico o trabajo, lamento informarles que en cualquier parte del mundo HAY QUE TRABAJAR PARA PODER VIVIR.

Como un sabio aliciente... les podría decir que a veces, no basta sólo la plata, hay otras metas muchísimas más importantes que se deben superar. Como lo son ciertos valores que alcanza el ser humano, al sentirse lleno, satisfecho, pudiente, bueno, alegre, realizado, abierto, claro, positivo. Son cosas que nos cuesta lograr, pero si llegamos a verlas y llegamos a sentirnos así, nos damos cuenta que estamos puro hueveando al seguir acá. Matando nuestra vida en casa ajena. Miren po'. 

Yo no tengo nada contra este pueblo. Me encanta como son. Son los mejores del mundo, no lo pongo en tela de juicio. Pero el problema no es de ellos; de lo que yo hablo es de nuestro problema. De vivir acá , en casa ajena.

Hay muchos casos donde tal vez, se están pagando los platos que rompieron los padres; éste no es el caso. Yo me dirijo a los que llegamos acá pensando en volver. Lo que nunca llevamos a efecto.

Vámonos pa' Chile, allá es rico, allá está todo lo nuestro, nuestra comida, nuestra gente, nuestros dichos, nuestras raíces. Donde lugar que vamos, somos uno más del lote. Allá, verdaderamente somos los dueños de casa, nadie nos da esa típica mirada que se le da al inmigrante, aunque me digan que no es así, porque ASÍ ES. Allá somos nosotros los que roncamos. Acá tenemos que seguir el cauce del río, nunca dirigirlo. Aunque hablemos el inglés sin acento. Aunque pensemos como gringos, aunque soñemos en inglés, es todo mentira. Nosotros NO somos de acá. Siempre vamos a ser latinos (pa' peor). 

Nosotros somos Chilenos. Y es allá donde deberíamos estar. Allá se nos valora por lo que somos. Créanmelo. Acá no somos ni chicha ni limona'. NADIE.

Yo creo que todos nosotros somos provincianos por excelencia . Llevamos en nuestra sangre demasiada "familiaridad", nos encariñamos demasiado con las cosas, con las personas, con todo. Y constantemente nos fijamos si también somos aceptados con cariño , y nos duele no serlo, aunque nuestro orgullo sea terrible. Si somos tan re sentimentales, y mientras más viejos, más hueones nos ponemos, si lloramos hasta con las comedias. Y digan que no.

Y si nos ponemos la mano en el corazón, y respondemos con plena honestidad, veremos esa triste realidad. Aunque no hay peor sordo que el que no quiere oír... 

Y acá... no importa la posición económica, ¿eh? Ni siquiera hablo de eso. Lamento decirles que no importa para nada.

Ser o no ser gente querida, eso es todo.

Háganme caso. No sean testarudos. Nunca es tarde (ya me puse puntúo... es que es verdad po'). Si están solteros, ahorren plata y váyanse, antes que sea tarde. Si están casados, NO tengan hijos, eso los atará para siempre acá, y si ya tienen hijos, traten de que no crezcan acá, háganme caso. Que ya saben el final del chiste, se les van a ir a vivir solos a temprana edad, o se sentirán "adultos" muy pronto, asumirán situaciones que jamás las asumiría un muchacho en Chile. La verdad es que no hallo como decirles que mientras más tiempo estén acá Uds. y ellos, más grande será lo que los separará. Es que no se les puede educar a gusto, además porque NO se puede, hay que trabajar. 

Y también porque acá es tan diferente. 

¿Saben quiénes son los verdaderos padres de sus hijos acá? La tele, los amigos, la radio, los amigotes, si se mandan solos, o no? 

Y no me vengan con que " a mis hijos los educo muy bien". Porque es mentira. Si no hay tiempo po'. A menos que uno de Uds. se quede el día en casa, la cuestión es que siempre falta uno, o el papá o la mamá, lo demás es como lo digo. Saben que sí. 

Junten plata, será mejor, y pónganse las pilas. 

Y no los pongan a ellos como motivo para quedarse. 

Que algún ida querrán volver y sus hijos se quedaran acá y será mas triste aún. No sé si se me interpretará un poco efusivo al exponer mi punto de vista, pero así es como yo lo veo... 
 


WANDERITO



¿Deseas hacerle llegar tu opinión sobre este aporte a WANDERITO? Escribe a wanderito@aol.com  
 

El Ático se reserva el derecho de seleccionar y publicar aquellos temas que no atenten contra su línea editorial

 


Suscríbete! - Derechos reservados - prohibida su reproducción parcial o total - atico@vrweb.cl

TODAS LAS OPINIONES EXPRESADAS ACÁ SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE QUIÉN LAS EMITA