DISTRIBUCIÓN GRATUITA Número 1 - Mayo 1998 |
DESDE EL
TEJADO
JUNTÉMONOS
EN... LA FRASE QUE JAMÁS SE CUMPLE
Amistades rotas, quiebres matrimoniales, negocios frustrados, amargas discusiones entre amigos... insospechados efectos que puede tener un acto tan sencillo como el que resumimos al pronunciar la frase : "juntémonos en..." ...un sitio al que, por los muñequeos del destino, nadie llega.
En efecto, todos nos hemos enfrentado a la terrible experiencia de estar esperando, en el sector más transitado de la ciudad, a alguien que no aparece. Evaluando cada uno de los rostros de cientos de personas, observando el obstinado avanzar de las manecillas del reloj.... para convencerse en algún minuto, de que hemos quedado plantados, tristemente engañados por nuestro "fiel" amigo, polola o amante. Pero eso no es lo delicado del asunto... lo patético, es que cuando nos comunicamos con el ofensor, recibimos una amarga recriminación por nuestra falta de responsabilidad, nuestra desconsideración, nuestra carencia de urbanidad tan injustificada como molesta ; en fin, todo tipo de comentarios hirientes, pero nada que se parezca (ni siquiera un poco) a una disculpa.
Lo cierto es que, en estas cosas, queda demostrado, más allá de toda duda, de que los Chilenos somos absolutamente incapaces de planear citas exitosas con nadie. Veamos por qué.
Escollo
Nº 1: "El lugar de encuentro" :
En Santiago de Chile, deben existir al menos unas noventa mil esquinas o cruces de calles, si no más, de las que al menos un 99% son aptas para un encuentro exitoso. Pero ¿cuál esquina escogemos para nuestra cita ?, Invariablemente, la de mayor tránsito, a la hora de mayor concurrencia, y justo el día en que hay un destacamento de trabajadores arreglando el pavimento. Condiciones "difíciles" para cualquier cita. De hecho, ¿Cómo es posible ver a una persona conocida entre mil transeúntes por segundo, cada cuál esquivando las baldosas apiladas, las picotas y excavadoras, además de las infaltables cintitas amarillas ?. Además, hay que agregar el hecho de que siempre que decimos, "juntémonos en tal esquina", nunca especificamos en cuál de los cuatro vértices del cruce estaremos. Resultado previsible : Fracaso absoluto en la cita.
Lugares de encuentros frecuentes :
Fenómeno curioso. El puntual suele ser un tipo responsable, que deja cosas tan importantes de lado, como comentar las copuchas del deporte con el tesorero o terminar de escuchar ese tema tan bonito del CD de Titanic, para llegar cinco minutos antes de la hora al lugar de la cita. Su modo de abordar el problema es más o menos típica. Llega muy apurado, casi corriendo. Cuando termina de jadear, comienza una rutina consistente en dar seis pasos en una dirección, mirar su reloj, devolverse, mirar de lado a lado, nuevamente mirar su reloj, y caminar otros seis pasos en la dirección contraria. Cuando faltan dos minutos exactos para que se cumpla la hora acordada, comienza su nerviosismo : acelera su paso, aumenta la frecuencia de las consultas al reloj, mientras gira en redondo su cabeza tratando de adivinar por qué lado aparecerá su esperado. Al cumplirse la hora empieza a sospechar de que "algo le debe haber pasado". La tensión arterial le aumenta, gotas de sudor lo recorren, y al cabo de angustiosos cinco minutos, concluye, que con certeza su amigo ha debido equivocarse de esquina, o ha tenido un contratiempo, u otra cosa similar. Decide llamar, pero, NUNCA hay un teléfono cerca del lugar acordado, y cuando existe, por lo general está ubicado precisamente en aquel punto donde resulta imposible ver o ser visto por la otra persona, lo que viene a complicar la situación cardiaca del puntual. De todos modos, llama. La respuesta usual es "acaba de salir". Ante la consulta de "Hace cuánto exactamente", se puede esperar un "hace como diez o quince minutos atrás", cuando lo cierto es que tipo acaba de cerrar la puerta de salida.
En este punto, el puntual puede respirar un poco. Pero no tarda mucho en cuestionarse : "¿Y si hubiera llegado mientras llamaba por teléfono y no me vio y se fue?" (¿eran 10 ó 15 minutos atrás no ?), o "¿si estuviera en la esquina opuesta ?". Con esto, el puntual decide verificar que el esperado efectivamente no esté en algún sitio cercano, por lo que opta por cruzar la calle y buscarlo por ahí. En el intertanto (y viniendo exactamente del lado contrario), el impuntual llega con media hora de atraso, mira su reloj, verifica que ha transcurrido media hora y como no ve al puntual, concluye sumariamente que este sencillamente no llegó a la cita (tiene fama de puntual, luego si no está, es que no se presentó). Acto seguido, maldice su gato, perro y suegra, además del amigo por supuesto, y se va a su casa indignadísimo, jurando no ver nunca más al "gran" amigo que le hizo perder su tiempo. De más está decir que cuando el puntual vuelve al sitio, decide esperar otros quince minutos "por si acaso" el esperado llegara a aparecer (la paciencia es virtud de los puntuales).
Escollo
Nº 3: "Problemas mentales" :
Sintómatico es en Chile y me preocupa. Quise pensar que eran problemas de comunicación o imprevistos de la vida. Pero he debido reconocer honradamente la verdad : en muchos casos, la gente sencillamente no se encuentra por problemas mentales, es decir, algo no camina bien al interior de algunas cabecitas. Sirva de ejemplo el recurrente caso del individuo que se molesta en explicarle, croquis incluido, por dónde se debe ir, en qué sitio se le va a esperar y de todos modos, el personaje aproblemado es incapaz de llegar :
Acuerdo inicial : "Te espero
en el único edificio de 15 pisos, ubicado en Avda. Vitacura Nº
5560, en el hall de recepción, frente al ascensor de servicio, al
lado del gomero"
Resultado : El tipo no llegó.
Excusa : "¡¡¡No
pude encontrar el edificio ! ! !"
Causa más probable :
Estuvo media hora buscando el Nº 5560 de Avda. Kennedy. Cuando se
aburrió, concluyó que, o el edificio había sido demolido
o aún no terminaban de construirlo.
Acuerdo inicial : "Voy a estar
haciendo la fila para la caja Nº 3 del Banco del Estado ubicado en
Alameda esquina Bandera, en el primer piso, sección cuentas corrientes,
faltando 20 minutos para el mediodía"
Resultado : El tipo no llegó.
Excusa : Te estuve buscando
en todo el Banco y no te pude encontrar.
Causa más probable :
Hizo durante una hora, la fila única del Banco de Crédito
e Inversiones de Bandera esquina Moneda (cuando llegó a la caja
preguntó si había estado por ahí fulano de tal).
En fin, no se puede huir del problema.
Yo al menos, acostumbro andar con un plano de la ciudad, una guía
de teléfonos, un taco de notas más o menos grande, lápices
de mina de varios colores (azul, gris, rojo y verde), una pizarra portátil,
un plumón y un puntero, además de una radio grabadora y cintas,
así como gorros, plumeros y banderines de vivos colores. Sin olvidar
por supuesto una bengala y un beeper. Al menos logro encontrarme a veces
con mis amigos.
CUCHO
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