Número 4 - Agosto 1998 |
CUANDO PA' CHILE ME VOY... PORQUE DE CHILE ME FUI Los que alguna vez vivieron la experiencia de cambiarse de ciudad o incluso de comuna, recordarán lo difícil que es dejar atrás el colegio, los amigos, el barrio, el almacén de la esquina, en fin, todos aquellos elementos que formaban parte de nuestras vidas. El entorno que nos rodeaba se veía claramente alterado, llegábamos a un lugar con nuevas personas, donde el ritmo de vida era distinto, las costumbres eran otras aún cuando seguíamos en el mismo país; En más de algún momento deseamos volver al lugar que nos vio partir. Sin embargo, llegamos a adaptarnos y ese entorno extraño comienza a ser parte de nuestras nuevas vidas. Así es, el hombre por naturaleza, siempre está en la búsqueda de la felicidad, aunque a veces esta se encuentre en otro país. Cualquiera sea el motivo que impulse a las personas a abandonar el medio habitual en el cual se desempeñan, estos se ven enfrentados a diversas dificultades que llevan implícita la adaptación a un nuevo medio, como el idioma, costumbres o simplemente el sentirse como "pollo en corral ajeno". Muchos compatriotas han partido hacia otras tierras, algunos por motivos políticos, otros siguiendo a sus padres o tan solo buscando un nuevo horizonte. A través de internet contactamos a tres de ellos que nos contarán su experiencia. CRUZANDO LA CORDILLERA ¿Qué sentiste al dejar atrás tu vida, tu país?
Katty: Me dió pena, mucha, mucha pena... y algo de miedo también... mmm... no sabía el idioma, no tenía idea sobre la ciudad a la que venía. Venía con la idea de estudiar y no sabía si me revalidarían los ramos que hice en Chile... como verás tenía un montón de incertidumbres. Marie: Sentí pena y tristeza, un vacío. Pero como iba con la intención de aprender inglés para así volver y trabajar como guía de turismo, que es algo que me encanta... Iba con esperanzas y expectativas de una vida mejor, más plena al sentirme realizada de hacer lo que a mí me gustaba. ¿Cómo fue el cambio cultural al llegar al país que te recibió?
Katty:Al principio me gustó todo, sentía que cada día aprendía cosas nuevas, ¡¡¡eso me fascinaba!!!, después me empecé a deprimir... mmm ... no tenia con quien hablar, con quien salir... Además no podía entrar a la Universidad porque no sabía suficiente inglés, ¡¡¡empecé a ver todo negro!!!. Marie: Totalmente distinto, sobretodo el inglés el cual yo estudié en Chile y quise aplicar acá, pero no me sirvió de nada pues no estaba preparada para hablarlo como yo pensaba que lo haría. Las costumbres y la gente son distintas pues el respeto por los horarios, por las personas y las leyes es algo sagrado, no así en Chile. Por ejemplo, allá la gente acostumbra a llegar tarde al trabajo, no así acá, porque un minuto tarde ya es una falta, así que todos llegan antes de la hora a sus respectivos trabajos. ¿Cómo viviste el proceso de adaptación a tu nueva vida?
Katty: Me costó... encontraba a la gente fría, indiferente, individualista, llena de defectos, todo me parecía pésimo y horroroso... mis compañeros de Universidad no eran ni comparados con los que tuve en Chile, la forma de ser de las personas es bastante distinta... al final me puse como ellos, no me importaba nada, no miraba a nadie, vivía mi vida y punto... la gente se me fue acercando sola, increíble, pero cierto. Marie: Fue duro por todo lo que te contaba anteriormente, pues mi cultura era muy distinta a la cual llegué, pero tarde o temprano uno se va acostumbrando. ¿Qué has sentido al volver a Chile?
Katty: Fui sólo una vez en los 5 años y medio que llevo aquí... me dio nostalgia... me sentí un poco extraña caminando por las calles, así como si estuviese mirando vitrinas, como si yo no estuviese ahí realmente, como si estuviese mirando una película tridimensional que proyectaban a mi alrededor... Lo encontré todo chico... me gustó la forma en que hablaba la gente, los dichos, son muy graciosos, ya se me habían olvidado algunos... Me dieron ganas de quedarme, aunque hubo cosas que me cargaron harto, por ejemplo, la actitud resignada de la gente respecto al smog. Marie: Cuando uno ve la bandera de Chile flameando al llegar al aeropuerto, las lágrimas son imposibles de contener, así como las ansias de ver a tus seres queridos son indescriptibles. Un sentimiento de pena y alegría se mezclan en esos momentos. ¿Volverías a vivir en Chile?
Katty: Sí, de hecho tengo planeado volver a fines de año, ¡espero! ... creo que necesito pasar tiempo allá... mmm ... no sé... Marie: Lo pensaría, y si así lo hiciera sería como empezar desde cero. Éstas son tan sólo tres experiencias de chilenos fuera de nuestro país; sabemos que son miles las historias que aquí no se han contado, pero al menos reflejan lo que muchos de ellos sintieron al partir y al enfrentar un nuevo mundo. Las conclusiones que podemos sacar son muchas, pero creo que las más importantes son las que cada lector haga, que cada uno evalúe lo que gana o pierde al salir en busca de lo que anhela. De esta forma cada uno podrá sentir, aunque sea por un instante, lo que es ser un chileno fuera de casa. LA HISTORIA SIN FIN... Tal como apreciamos conocer las experiencias antes relatadas, quisimos incluir el punto de vista de quien se prepara para vivir fuera de nuestro país; Francisco dentro de poco parte a USA en busca de nuevos horizontes. ¿Por qué te vas?
HALCÓN
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