INTERNET: LIBERTAD Y EDUCACION.
Desde que comenzó la masificación de Internet, uno
de los principales temores que surgen en las familias es el libre acceso,
a páginas, que pueden tener las personas, especialmente los niños.
En este contexto, la principal controversia es la generada por la pornografía
y el sexo explícito en Internet.
La red es un medio de comunicación y como tal, tiene contenidos
muy buenos y otros malos. Entrega alternativas que contribuyen a la formación
y otras que son directamente contraproducentes. Sin embargo, nada hay en
la red que no exista ya en el entorno de los jóvenes y niños
y a lo que, con más o menos dificultad, puedan acceder.
Entonces, ¿cuál es el meollo del problema? El miedo
o la incomodidad que pueden generar en los adultos o en los padres los
contenidos de carácter sexual a los que pueden acceder sus hijos.
Es inútil pretender sacar a Internet de la vida de las personas.
Sería igual que querer prohibir a un niño salir a la calle
o con sus amigos e ir a una fiesta, en la que probablemente puede ver cosas
más fuertes que en la web.
Hay un asunto que es válido para el uso de cualquier medio:
la educación. Los padres deben entregar valores y principios a sus
hijos, a partir de los cuales deben decidir a qué se expone.
Si bien es cierto que hay sitios que facilitan el acceso a la pornografía,
hay otros que no lo hacen y sus contenidos realmente son destacables. En
definitiva, está en la línea editorial de quien maneja cada
página, permitir la existencia de este tipo de contenidos y está
en el usuario verlos o no.
La pornografía no sólo existe en la red, hay mucha
gente en la calle que está induciendo a niños y adolescentes
a prostituirse, y sacarse fotos para salir en revistas. En vez de seguir
censurando sitios, es mejor educar a los menores difundiendo sitios creados
con contenidos para ellos.
El mundo está cambiando y cada vez hay más acceso a
contenidos positivos y negativos, que antes no había. ¿De
qué estamos hablando entonces? De nuestra responsabilidad como adultos
de formar en nuestros hijos los principios necesarios para poder ejercer
la libertad, sea ella en la calle, al ver televisión por cable o
en Internet.
ALONDRA
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