PARA RECUPERAR EL ESPACIO Y TIEMPO PERDIDOS...

No hay forma de recuperar el tiempo perdido, no hay modo alguno de establecer relaciones que nunca se establecieron de modo natural, no hay modo de apagar el sol o de inventar la luz oscura de un pensamiento roto, no hay modo alguno de volver atrás... sólo un espacio de tiempo en el cual poder escapar de los hechos, de la nostálgica agonía de pertenecer al tiempo y al espacio, sólo segundos vitales que se terminan como cirios que se apagan... y así es la vida, un recurso poético finito. Para vivir noches serenas hay que ser un poco poeta y al mismo tiempo medio loco.

Y es tan larga la ausencia que cualquier medida no alcanza para definir su principio y su fin... fin, finalidad o término, pretérito pluscuamperfecto del espacio poético.

Y es tan corto el tiempo que no hay suceso infinito ni infinito mismo que lo contenga... fin, finito o infinito, paradoja recurrente del deseo místico.

Hoy aquí, mañana allá... anoche vi un árbol estrellarse contra el cielo, esta mañana vi un pájaro volar libremente bajo la tierra, en la tarde fue mi alma quien tiñó de rojo el horizonte y fueron sus ojos las estrellas del incendio nocturno. ¿Hay o no hay tiempo?, ¿Existe o no el espacio? Cómo es que he muerto tantas veces y ninguna al mismo tiempo, cómo absorbo mi conciencia sin ahogarme en su propio llanto, cómo vuelvo a ser el mismo que ayer fue tu regazo, cómo adquiero dones donde solo quedan llagas, cenizas y girones... soy aquel que no vuelve atrás, porque no tiene espacio donde posar la planta de su pié, soy aquel que no vuelve a comenzar, porque no tiene segundo siquiera que perder... ¿perder?, ¿se pierde o se gana en la carrera del amor?... la experiencia del espacio es respuesta colosal, la existencia del tiempo determinada por tu pestañear, oxigeno o aroma ¿cuál es más elemental?... hay instantes en que pienso en el resumen de hombre que soy, en lo material de un contacto y en lo superficial de un deseo... superficie, tacto, extracto y mente ¿hay algún momento en que seamos uno mismo?

La escuela del norte, del dibujo crespuscular que fue su nombre, es hoy un sueño material y concreto... paradoja y fundamento, resumen y contacto, material incorpórea, alma pendenciera... al ocaso, cuando el alma encuentra su espacio de existencia, supera el día de material envergadura, albatros medular del alma poética, ruiseñor de tu boca atrapado en un beso tuyo... das amor en su contacto, escucho voces que me aterran... aterran, atierran, aterrizan... me traes de vuelta al mundo, de mi mundo propio y mustio. Eres, soy, somos, seremos... estás, estoy, estamos y estaremos... tiempo, espacio... al final no hace falta cuestionarse, no es necesario resumir ni entablar, ni tocar, ni consumar... somos el espacio que designa nuestro tiempo... quizás tu eres Espacio y yo soy Tiempo.

Hay forma de recuperar el tiempo perdido, hay modo de establecer relaciones que nunca se establecieron de modo natural, hay modo de apagar el sol y de inventar la luz oscura de un pensamiento roto, hay modo de volver atrás... sólo debes ser espacio de tiempo, un espacio mío y propio a través del cual poder escapar de los hechos, de la nostálgica agonía de pertenecer, porque solo existen segundos vitales que se terminan como cirios que se apagan... y así es la vida, un recurso poético infinito. Para vivir noches serenas hay que ser un poco Espacio y al mismo tiempo Tiempo.
 
 

MARIO

cuéntame qué piensas
 
 
 
 

Las opiniones aquí vertidas, son de exclusiva responsabilidad de quien las emite.
Se prohibe la reproducción parcial o total de los contenidos de esta publicación.