ESTAS MUJERES AUN NO SE CONVENCEN

Dicen que los hombres no somos los seres más confiables, que afirmamos una cosa y, al momento que se nos cruza una de mirada juguetona, sufrimos de ataques de amnesia. Debido a este convencimiento, más de alguna habrá sufrido de profecía autocumplida, las mujeres se nos vienen encima intentando transformar, y en su defecto, borrar, cualquier indicio de conducta "extraña", ¡ingenuas!. ¿Acaso no se dan cuenta que si no fuese por ese efecto hechicero, que tienen sobre nosotros, nunca las acompañaríamos a una liquidación de zapatos, y mucho menos a los almuerzos de domingo con la suegra?

Les voy a contar una pequeña historia, un chiste, que pienso tiene una excelente moraleja para las mujeres esas que les cuesta un poco entender, pues caracteriza fielmente al macho "de aquí a la quebrá del ají".

Un hombre tenía tres novias. Para decidir con cual debía casarse, le entregó a cada una, mil dólares para ver qué hacían con ese dinero.

La primera: cogió el dinero, se fue a la peluquería, se tiñó el pelo, se hizo manicure, pedicure y tratamiento facial. Con el resto, se compró ropas, perfumes y joyas. "Lo he hecho por ti", le dijo, cuando lo vió. "Te amo tanto que quiero verme hermosa para ti".

La segunda: cogió el dinero y compró un equipo estéreo, un Rolex de hombre, un reproductor de CDs portátil y unas corbatas carísimas. Cuando lo vió, le entregó todo y le dijo: "te he comprado todo esto porque te amo muchísimo y quería agradarte".

La tercera: cogió el dinero, lo invirtió en la Bolsa y ganó el doble. Tomó la mitad y reinvirtió el resto. Caundo lo vió, le dijo: "Te devuelvo el dinero que me has dado, lo he invertido y todo lo que he ganado lo tengo guardado para nuestro futuro porque te quiero muchísimo".

El hombre analizó cuidadosamente cada uno de los comportamientos, sopesando los pro y contras de cada uno. Después de pensarlo muchísimo, decidió casarse con... ¿con quién creen ustedes?

Pues, obviamente con la más pechugona.
 
 

A. NONIMO
(desde Estados Unidos)
 
 
 
 

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